CUENTOS PARA NIÑOS SABIOS

🫶🏽Amigos inseparables🤗

🌟Descubre la magia de la amistad entre dedos en este cuento encantador. Una niña comparte secretos y aprende valiosas lecciones en una aventura mágica llena de risas y sonrisas. #CuentoInfantil #AmistadMágica #DedosAventureros 🎉

CUENTOS

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Estaba sentada en el parque, y no le apetecía jugar con sus amigos. No tenía ganas de jugar a nada: ni leer cuentos, ni colorear, ni buscar palabras escondidas en las sopas de letras que su tío le había enseñado a encontrar. Ni siquiera quería jugar a videojuegos con su hermano.

Solo quería estar sola.

Se miraba las manos y las veía tan pequeñas. ¿Qué podía hacer ella? Estaba triste. Un día, sentada en la cama de su habitación, mirándose las manos, de repente su dedo pulgar de la mano derecha le habló. Sí, de repente le salieron unos ojitos y una boca y le preguntó:

- ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás triste?

El pulgar de la mano izquierda repitió la pregunta. Parecía increíble lo que estaba pasando. Así que cuando le volvieron a repetir la pregunta, ella contestó:

- Tengo un secreto, pero no se lo puedo contar a nadie.

Les dijo ella.

- Cuéntaselo a tu mamá -le dijeron en coro los dos dedos gorditos de sus manos.

- Mi mamá se preocuparía mucho si lo supiera.

- ¿Y si lo cuentas a tu papá?

Esta vez eran los dedos que estaban al lado de los gorditos, se habían despertado y al igual que los gorditos, les habían salido ojitos y bocas y le hablaban.

- No puedo, me da miedo que se enfade conmigo.

Los dedos más largos imitaron a los anteriores y le dijeron:

- Si es algo que te preocupa, tienes que contárselo a alguien. Nosotros te podemos ayudar.

- Pero chicos -dijo el dedo anular- Primero tendremos que presentarnos. Para que seamos amigos y puedas confiar en nosotros.

- ¡Sí! – Dijeron todos al unísono y sus dedos se chocaron dando palmitas. Estaban todos muy contentos.

- Nosotros somos los gorditos, los fuertes, y gracias a nosotros puedes coger las cosas. Nosotros nos llamamos pulgares.

Los demás se rieron de los fuertes e imprescindibles que se creían los pulgares.

- Nosotros somos los índices, servimos para señalar la dirección, pero también para señalar a las personas y para mandar callar.

Se volvieron a reír todos; evidentemente eran los más mandones.

- Nosotros somos los más largos y grandes, somos el dedo corazón. Y somos así para recordaros que en todo debéis poner corazón, es decir, amor en lo que hacéis.

- También servís para enviar a alguien a…- No lo dejaron terminar, Pulgar tapó la boca a Índice.

- Nosotros somos los pequeñitos, por eso nos llaman Meñiques. Sabemos guardar muchos secretos. Así que a nosotros nos lo puedes contar.

La niña sonrió, le hacía mucha gracia escuchar aquellas vocecitas. Sin saberlo tenía, no solo cinco sino diez amigos en sus manos. Acercó sus labios a los dedos pequeñitos, los meñiques, y les contó su secreto. Pero claro, como los anulares estaban al lado, se enteraron; el corazón no pudo evitar escucharlo y el índice también. Quedaron solo los pulgares sin saberlo.

- No es justo. -Se quejaron. -¿Cómo podemos ayudarte si no sabemos de qué se trata?

Los dedos y la niña se miraron. Los pulgares tenían razón. No era justo que ellos fueran los únicos que no sabían del secreto de la niña así que se lo contaron. Los cinco dedos de la mano derecha le dieron ideas, y los de la mano izquierda le dieron otros consejos.

Al final, entre todos encontraron la solución de cómo ayudar a la niña con su secreto. La niña sonrió y todos de nuevo se juntaron aplaudiendo, para celebrar no solo que habían podido ayudar a la niña, sino que todos juntos eran amigos y lo serían siempre, pues con ella muy cerca en sus manos.

Aquella noche la niña se durmió con una sonrisa, ya no se sentía triste, pues con ella tenía a sus nuevos amigos y para agradecerles la ayuda, uno a uno les había dado pequeños masajitos que ellos agradecieron.

A la mañana siguiente, cuando su mamá fue a la habitación para despertarla, ella le dijo que se sentara con ella que tenía algo que contarle.

Ya no tenía miedo, ni estaba preocupada, pues sus diez nuevos amigos estaban junto a ella para ayudarle y lo mejor es que estarían siempre, siempre con ella.